lunes, 25 de marzo de 2013

Me gusta Chile



He tenido la fortuna de conocer distintos lugares de Chile, de norte a sur, pasando por el rocoso centro. Me he maravillado con sus paisajes áridos y vacíos, donde la montaña te rodea como queriendo encerrarte. Me encanté con la vegetación que surge en medio de la nada; el cómo en medio del cálido y eterno verano emerge la vida y el cultivo, que no se seca, que no se paga y que permite la subsistencia de distintas especies.

He visto hilos de agua caer de cerros cubiertos de árboles, he visto sólo nubes producto de la neblina en la mañana, he visto la inmensidad de un océano que no acaba y la velocidad de una puesta de sol que culmina más rápido de lo imaginado.

Recuerdo haber pasado minutos infinitos mirando las estrellas en noches en que únicamente se escuchaba el sonido de los grillos, otras veces el del lago. Haber corrido para ver la luna más de cerca, sin saber si pisaba tierra o pasto mal cortado por los animales en el campo.

Delfines, pingüinos, lobos de mar, pájaros silvestres, pelícanos, burros salvajes, guanacos han acompañado mi camino, y cada vez me sorprenden más con sus comportamientos impredecibles.

Me gusta la arquitectura, las grandes construcciones, pero si me hacen elegir, hoy prefiero aquello que se ha autoconstruido con el paso del tiempo y los cambios naturales.
Aún queda mucho por conocer, pero lo que hoy conozco me fascina, y espero quedarme un buen tiempo más disfrutando de las bellezas de mi país. 

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