domingo, 24 de febrero de 2008

Toque de queda

Buscando y buscando encontré este microcuento de Omar Lara. Recuerdo que un profe en la U nos habló de él... es realmente bueno.
Toque de queda
"Quédate, le dije. Y la toqué".

Por un mundo de colores

Rojo, amarillo, naranjo, violeta, azúl... por un momento imagine un mundo en blanco y negro y me pareció demasiado sobrio como para habitar en él. Fue entonces cuando comence a pensar en la magia del color y quise investigar un poco.

El color es la sensación que produce un fenómeno físico químico al impactar en nuestros ojos, de acuerdo a la longitud de onda (distancia entre las partes). Así, el blanco se presenta como la superposición de todos los colores y el negro, como la ausencia de color. Esto no quiere decir que mezclando colores y colores lograremos un blanco perfecto, sino que se refiere a la combinación de rayos luminosos, que pueden ser descompuestos mediante la utilización de un prisma.

Que la vida está llena de colores es un hecho. No imagino el arte sin color. Qué sería del impresionismo sin la luz, o de Van Gong sin el amarillo. Tampoco existirían el fauvismo sin el verde y qué me dicen del op art?

Menos aún puedo pensar en un arbol gris o en un mar blanco; un cielo plomo, las montañas negras y un lago gris. Debemos reconocer que los colores no sólo son una característica de cada objeto, sino que también son los encargados de producir emociones de acuerdo a la interpretación que nuestro inconciente les otorgue.

Según la psicología del color, cada uno de ellos provoca diversas sensaciones en los individuos que los ven. Así, los colores cálidos como el rojo, naranjo y amarillo, tienen la propiedad de energizar; por el contrario, los colores frios como el azúl y el violeta, reflejan paz y calma.

Mi color preferido es el azúl, quizá mi vida no lo refleja, pero realmente es el que me provoca las sesaciones más lindas. El agrado de mirarlo y las ganas de buscarlo cuando necesito momentos de reflexión, lo combierten en un acompañante perfecto para instantes de calma. Esa sensación de no querer dejar de mirarlo, imaginando una pared gigante pintada de azúl; esa plenitud que me otorga el color del cielo en un día despejado o esa riqueza que aporta un lago profundo teñido de azúl oscuro, le otorgan el título no sólo de color favorito sino también de compañero de vida, amigo personal o consejero espitual.

Y qué me dicen del rojo... la importancia de este color recorre diversos ámbitos: en educación, si escribes con lápiz rojo es una falta de respeto; en religión, si te vistes de rojo es pecado; en política, si optas por el rojo eres un rebelde contestatario... por favor, qué le ven de negativo? si nosotros mismos estamos compuestos de rojo, o acaso la sangre es blanca?... arriba los colores!

sábado, 23 de febrero de 2008

Yo escribo, tú escribes

Qué increíble cómo todo se actualiza! Cuando niña tenía diarios de vida; cuando adolecente, agendas y ahora?... un blog.
A simple vista puede parecer un pequeño cambio de medio en el cual se escribe; sin embargo, existe una notable diferencia entre los dos primeros y el último: cualquier persona puede leer lo que expones. Esta situación me llevó a formular las siguientes preguntas: ¿Desde cuándo escribimos? ¿Por qué lo hacemos? Y ¿Qué nos motiva a publicarlo?
El afán del ser humano por retratar mediante recursos escritos su modo de ver la vida se remonta a la región de Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Eúfrates (actual Bagdad), distribuida en Babilonia, Sumeria y Akkad, quienes contaban con un gran número de campesinos y pastores. Es en esta segunda civilización donde se encuentran las primeras inscripciones en arcilla, conocidas como las Tablillas de Uruk, que se emplazan en el gran templo de esta ciudad.
En ellas se observa la contabilidad del templo, expresada en listas de sacos de grano y cabezas de ganado, ya que –debido al aumento de la productividad del país- el excedente agrícola requirió de métodos de cálculo para los recursos. De este modo, se crea un "cuerpo organizado" de signos, según los cuales se pudo materializar lo que pertenecía exclusivamente a la oralidad, abriendo paso a la escritura.
Sin embargo, la evolución desde el siglo IX a.C. (periodo al que pertenecen estas inscripciones) hasta el siglo XXI es notable. La constante utilización de los medios de comunicación escritos abre paso a la expresión de ideas, tanto de sujetos pertenecientes al ámbito público como a individuos anónimos, que mediante variados canales dan a conocer experiencias, preferencias, vivencias o cualquier idea que pase por su mente.
En este sentido, es difícil pensar en las causas que originan esa necesidad de ser leídos. Tal vez se deba al interés de ser visibles dentro de un universo social en el que cada día te tornas más anónimo. ¿Será que sentimos que ya nadie quiere escuchar? Quizá la escritura sea la prueba indeleble de nuestro paso por el mundo, algo así como un registro de vivencias que permite decir “yo estuve aquí”. Puede ser que nuestro nombre no forme parte ni de enciclopedias, ni de libros de historia, pero lo cierto es que al menos escribimos, publicamos y fuimos leídos. Estamos de acuerdo en que el elegido no es el canal más refinado; que no fue utilizado ni por Homero, ni Shakespeare, ni Neruda, pero no por eso es menos válido.
En fin, el anhelo de sentir que existimos, que formamos parte de algo llamado sociedad y que queremos dar a conocer lo que sentimos, opinamos y queremos, es lo que nos motiva no sólo a pensar, sino también a escribir y publicar.