A veces me pregunto por qué salimos tan buenos para algunas cosas y definitivamente pésimos para otras. Soy seca arreglando objetos, si algo se echa a perder, lo reparo fácilmente; cajones, lámparas, cortinas, productos eléctricos, relaciones interpersonales y la vida de una persona han pasado por mis manos, viendo muy buenos resultados.
Muchas veces he pensado que mi futuro está sentada en una calle con un cartel que diga “reparo…” y con mi tarot al lado por si se pone pesada la cosa.
Sin embargo, para otras cosas definitivamente Dios se olvidó de darme dones. Por ejemplo, soy malísima siendo mujer; no soy femenina, no soy sensible, no soy delicada… o quizás alguien se equivocó en la descripción y la esencia no radica en eso, sino más bien en la facilidad para reparar cosas… mmm, puede ser… me gusta pensar que puede ser así.
Pero bueno, supongo que la vida se trata de buscar en otras personas lo que nos hace falta y de esa forma complementarnos como sociedad. Si todos fuéramos geniales o peor aún, regulares en todo, viviríamos en un mundo aburridísimo. No podría jactarme de lo seca que soy tejiendo si a nadie le asombraría o lo buena que soy para resolver problemas o proponer ideas entretenidas, ni siquiera podría defender a mi hermana de las arañas porque ella les daría justo en su punto mortal.
En fin, si todos fuéramos buenos en todo, mi pyme moriría y con ella la posibilidad de convertirme en millonaria, tal como el Conejo en Estados Unidos.
PD: Soy pésima para los títulos