domingo, 26 de septiembre de 2010

Nuevo "experimento social"

En un momento de ocio, quise cambiar la fecha de mi cumpleaños en una de las redes sociales más populares de Chile: Facebook.

No pensé que mi iniciativa tendría tal acogida, tampoco fue mi intensión engañar a mis contactos, hacer gastar minutos de celular o mensajes de texto, simplemente quise saber cómo reaccionarían mis “amigos” de dicha plataforma, ante un estímulo como éste.

Al revisar, me encontré los mensajes esperados: quienes se relacionan a diario conmigo, amigos de la infancia y adolescencia se dieron cuenta rápidamente que de una travesura se trataba, algunos de ellos me felicitaron de igual modo.

Otros en cambio, me saludaron entregando sus mejores deseos, pero siempre pensando que de mi cumpleaños se trataba. También encontré saludos por compromiso, saludos por educación, saludos desde el extranjero, etc.

No pude evitar sonreír ante cada uno de sus “feliz cumpleaños” y no lo hice en forma de burla, sino más bien por observar la reacción de mi pequeña sociedad. Me dio una alegría enorme escuchar a mis amigos tratarme de “mentirosa”, “falsa” o “traviesa” y también me sorprendí de otros con quienes hablo a diario y que me saludaron pensando que de mi cumpleaños se trataba ¿Será que sólo están preocupados de sus problemas, sus alegrías y su vida en general?

Supongo que algunos ni siquiera sabrán que realmente ésta no es la fecha de mi cumpleaños, otros se avergonzarán, más de alguno se lo tomará a mal o pensará que estoy loca. Y quizás sí, algo de locura tengo, o tal vez nunca he creído la necesitad de ponerle fecha a todo, sumado a que considero que esperar saludos de cumpleaños tiene mucho de ego, de sentirse importante para el resto al menos un día al año.

A esta altura del día de mi falso cumpleaños, quiero agradecer todos los saludos y -por si sirve de algo- comentarles que mi cumpleaños es el 30 de abril, soy tauro, búfalo y zorro; mi número es el 3 y mi carta de Tarot “La Emperatriz”. Saludos a todos y muchas gracias.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Kasn jai dietme sokiabili

Ahges jas jdn ajfhrid jfdusib dhtl orin qjf ej jasro no fi enjtiajda¿?. Sjo fe hi jah ns jada. Dingo kah hsngo djags csads jah casir kadm ksj ne ca ajrvuanfs ndj nos naglke ce nfarhs aj si cks dalgk dkghsk.

Jaskdk ska jfs jsdllala kdña dk djlañdmjgj fjsl ladnjfdcja sifbna, jsod sk se. El jasjl jdfla gjal kadj ajt consknsña djsl akdj dsklg akjfls adlsf, akflsfñ lsdjgni la jdns lsdj klasj jsel dlaj ksons; crsk aks ak sengak ns un jaldn jaldnrkcal.

Kad ajkld kaske ldhkitnsla k todo akken ajdlsn j akfn akdln s ndfs ni jdjsla jsld rjsla dladn añ jeornmfs doasrnfa jajjaen ladn ayrwnck akdo sdrkka ejrns dfeu spernas, binal, enfoand fe iadn y kadeno dlsdn alsd.

Ja fos, pansdlf sjadf akdjked askdnakld, el adksdfhs ajd ajkkd el ajdoasd insdklfa skdf kaldjjfk. Es jahdksd skdjak amdna nos jkadle ja dkadf, kadn adn, esakd kisd kad ajd.

No djad esja fksdf jerolsn afja fekadmsm, sdns ma ajfkia miadhl yn nakdn nfklt tjsla jfl adjfka.

viernes, 27 de agosto de 2010

Elogio a la Mujer Brava, de Héctor Abad

“A los hombres machistas, que somos como el 96% de la población masculina, nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viejas, traumadas, solteronas, ...amargadas, marimachas, etc. En realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden… La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca… Una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bola, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición, en apariencia como si nos dijeran “no más usted me avisa y yo le abro las piernas”, siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales, entre gritos ridículos del hombre (no de ellas, que requieren más tiempo y se quedan a medias)… A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan y sólo se desnudan si les da la gana. Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos… Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio. Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas, porque saben que ahí -y en la fuerza bruta- ha radicado el poder de nosotros los machos durante milenios. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan tanto como nosotros (o más) entonces ellas también se declaran hartas por la noche y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo… Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni senos de veinteañeras (mirémonos el pecho también nosotros y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y tetas perfectas, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con todo eso. Los varones machistas, somos animalitos todavía y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza. Esas mujeres nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento…”

miércoles, 28 de julio de 2010

Yo protesto

- Contra la utilización del racionalismo como paradigma filosófico actual, lo acepto en su época, ahora no.


- Contra la violencia en cualquiera de sus formas: muerte, tortura, extorsión, presión, maltrato físico y psicológico, abusos, etc.


- Contra la destrucción del medioambiente y aprovecho de decirle a los gobiernos de países como Estados Unidos y China que paren en escándalo con el petróleo; y al gobierno japonés que cese la caza de ballenas.


- Contra lo tradicional y lo monótono, incluso contra aquellas personas que se resisten a los cambios.


- Contra la estructura moral de algunas sociedades. En especial contra quienes piensan que no se puede legalizar el matrimonio homosexual o la adopción entre parejas del mismo sexo porque nuestra sociedad no está preparada. Señores, ¿Si no es ahora cuándo?


- Contra mí por atrasarme tanto y no nacer en la época del rock and roll.


- Contra quienes creen en una verdad absoluta y curiosamente piensan que ellos la conocen.


- Contra los que hablan de objetividad y no han entendido que vivimos en un mundo subjetivo.


- Contra aquellos que piensan que estudiar comunicación es casi un hobbie.


- Contra la guerra y entiendo que esto no amerita mayor explicación.


- Contra la mala programación en televisión.


- Contra la ambición y la corrupción. Si bien no son sinónimos pienso que se encuentran relacionados. ¡Dejen de robar y colaboren a la construcción de una sociedad más justa!


- Contra el abuso de colores opacos.


- Contra la injusticia, y este punto es complicado. No creo en la justicia de los seres humanos; el simple hecho de dejar que unos decidan el futuro de otros ya me parece injusto.


- Contra los bajos sueldos de buenos profesionales.


- Contra aquellos que piensan que un abogado es mejor que un obrero. A ustedes les pregunto: ¿Quién les construirá su palacio soñado?


- Contra Bielsa si se va de la selección chilena y contra la ANFP si no logra conseguir un buen DT.


- Contra la mala educación en el país.


- Contra todo lo que deseo protestar y mi memoria me impide recordar.

martes, 13 de julio de 2010

Adicciones varias

No fumo, no tomo y muy de vez en cuando bailo apretado. Podría decir que no tengo vicios, pero pensándolo bien, siempre hay algo que me gusta tanto, tanto, tanto que siento que no puedo dejarlo.

Señoras y señores, los convoco hoy a hablar de las adicciones: aquellas cosas, situaciones o personas que de alguna forma u otra nos impiden ser capaces de controlar nuestros actos y nos llevan a desarrollar conductas impulsivas e irracionales (incluso desesperadas) por conseguir tan anhelado trofeo.
Y para que vean lo generosa que soy, quiero compartir con ustedes la lista de mis favoritos y de este modo contarles que soy adicta a:

Estar con mi familia
Viajar
Comer mazapán y chocolates
Ti
Dormir
Escaparme de vez en cuando
Regalonear
Respirar aire puro
Sur
Mirar colores verde y azul
Tarot
Que las cosas salgan como quiero

domingo, 6 de junio de 2010

Gracias Diego

Existen personas a las que recurrimos constantemente. Si tenemos hambre, acudimos al panadero; si hace frío, al repartidor de gas o de leña; si queremos salir a bailar, llamamos a amigos; si buscamos contar algo bueno que nos pasó, volvemos a llamar a amigos; si tenemos pena por algo, de nuevo los amigos, cuando necesitamos algo más, visitamos a nuestros respectivos pololos o a quien se nos presente… y así sigue la lista.

A lo que voy es que de alguna u otra forma hay personas que por extraños motivos están presentes en nuestra vida; no quiero depender de mi vecina, pero es inevitable acudir a ella cuando tiene pie de limón o kucken de frambuesa para vender. Como cosa aparte, me causa curiosidad esto de siempre terminar dando ejemplos relacionados con comida… supongo que otros no se admiran tanto de eso.

Qué fome es cuando la persona a la que quieres acudir no está “disponible”. Tenía muchas ganas de hablar un alto porcentaje de los minutos de mi plan de telefonía móvil (suena top y cursi a la vez) con un amigo, pero estaba en el trabajo y no tenía más tiempo que los 3 minutos de conversación que alcanzamos a tener.

A lo que voy es que siempre dependemos de alguien, querámoslo o no. Dependemos de nuestros padres cuando niños, de nuestros jefes cuando adultos, de nuestros hijos cuando más grandes y de médicos, cuidadores de asilos y fabricantes de pañales cuando ya estamos más creciditos.

Es una lata, pero nunca somos 100% libres. Si agarro mi mochila y me voy lejos, bien lejos, al más puro estilo “Into the wild” dependeré en última instancia sólo de mí, que también soy persona… no es que tenga un problema con las personas, lo que me molesta es la dependencia, tampoco es que yo sea que bruto que independiente que soy, pero feliz de depender lo menos posible del resto.

Y cuando dejamos de recurrir a personas, pasamos a depender de cosas… ya no acudo a la gente de la imprenta, ahora dependo de mi impresora… en fin, supongo que es parte de las curiosidades de la vida, que pucha que es curiosa. ¡Salud por la vida!

jueves, 25 de marzo de 2010

¿El instinto maternal existe?

Hace cerca de treinta años, la filósofa francesa Élisabeth Badinter, afirmó que el instinto maternal no existe sino que es una mera construcción cultural, que se diferencia de la animal, ya que no es automática.

Una de sus publicaciones más reconocidas es L’ Amour en Plus (¿Existe el amor maternal?) destaca por descartar factores genéticos en el instinto materno. En su obra más actual (“Le Conflit”) la autora señala que existe un estereotipo de madre, en el que se busca ante todo la perfección, se idealiza a la madre perfecta y se eleva al niño a categorías casi celestiales, sobrerresponsabilizándose y manteniendo sentimientos de culpa permanentes cuando algo les pasa.

Badinter atribuye esta situación a la crisis económica de los países industrializados, que hizo posible una nueva ideología: la escasez de trabajo y bajos sueldos llevó a mujeres a cuestionarse si se había equivocado de camino, por lo que se busca encontrar uno nuevo volviendo a las “leyes de la naturaleza”.

No sé si existe o no, pero la verdad es que coincido con varios de los planteamientos de la filosofa. Ayer pensé en no tener hijos, hoy pienso en tener muchos, mañana no sé. Exista o no, la sociedad exige que seas una buena madre, si le dices a tu hijo que te deje de molestar porque estás cansada luego de trabajar todo el día, si pasas poco tiempo en la casa o si simplemente en lugar de contarle un cuento antes de dormir prefieres salir con tus amigas, eres casi una “hija de puta” frase que -por lo demás- vuelve a culpar a tu madre.

jueves, 18 de marzo de 2010


En una de mis cotidianas revisiones de prensa, encontré una nota publicada en Las Últimas Noticias, donde se comentan algunos aspectos de la obra del pintor estadounidense Mark Greenwold (1942).

Obsesivo y erótico son algunos de los calificativos que el artista (para mi desconocido) recibe. Investigando sobre su trayectoria, descubrí una pintura moderna e irreverente para nuestra sociedad, con algunos aspectos Pop que difícilmente me son indiferentes.

Dos mujeres y un hombre son exhibidos en una habitación en su emblemático óleo Bright Promise. Color, accesorios y cuerpos desnudos decoran la escena que muestra a adolescentes en actos sexuales que buscan distraer la atención del espectador con un ambiente bien cuidado, en el que destaca un cubrecama (con toques hiperrealistas) que tardó más de un año en ser terminado.

Estos 2,74 metros de ancho y 2,15 de alto provocaron que el pintor demorara alrededor de cuatro años en concluir una obra que se mantuvo en reserva desde 1975 y que hoy ve la luz, provocando variadas críticas, sobre todo en países conservadores.

¿Atractivo? Desde luego. Resulta gratificante ver propuestas que van más allá de la clásica naturaleza muerta o el típico desnudo que juega entre lo clásico y lo “vanguardista”. Espero que el arte pictórico salga de las galerías y casas lujosas y atienda la contingencia de una sociedad que desde hace años busca un cambio en las ideas morales. Escenas cotidianas como actos sexuales de todo tipo o jóvenes consumiendo drogas o alcohol, distan mucho de la propuesta de realismo del Millet del Siglo XIX y que propongo sean retratados, si no es ahora, al menos en un par de décadas.

miércoles, 10 de marzo de 2010

¿Qué estabas haciendo para el terremoto del 27 de febrero?

Se habla de réplicas, de otro más fuerte e incluso del fin del mundo. Teorías, especulaciones, pensamientos automáticos, no sé. Lo cierto es que el terremoto del 27 de febrero no pasó inadvertido para ninguno de nosotros.

Por mi parte, dormía plácidamente cuando mi cama se comenzó a mover, era tanto el sueño que ni susto me dio; terminado el terremoto, bajé a escuchar radio, me informé sobre lo que pasaba y volví a dormir… zzzz hasta el día siguiente.

Aburrida de la interminable “cobertura” del “acontecimiento”, recordé las enseñanzas de mi profesor de fundamentos del periodismo: Manuel Ortiz, quien decía que la saturación de información era tan negativa como la falta de ésta.

Para “rebelarme” decidí buscar todas las películas que tenía, conversar de todos los temas que se me venían a la mente, dormir todo lo que podía dormir y hacer todo lo que podía hacer, que no implicara ver 20 veces la misma imagen del caballero que se robó la lavadora o de la señora que llora desesperada porque perdió su casa.

Es triste, sí, y de todo corazón lo lamento, pero no estoy ni para ser cómplice de cómo se juega con el morbo de la sociedad ni para agotar mi psicología. En la espera de cerrar el tema -al menos por algún tiempo- les pregunto: ¿cómo vivieron el terremoto?

domingo, 14 de febrero de 2010

Abrir y cerrar sesión

Ciertas relaciones en la vida son similares a lo que sucede cuando ingresas a tu correo electrónico.

Tienes la intención de entrar a revisar si hay algún mensaje, doble click, anotas tus datos (incluso agregas una contraseña, aveces un poco rebuscada, pero nunca tan complicada), otro click y entrar. Esperas unos segundos que se cargue la página y estás dentro.

Veamos ahora con qué nos encontramos. Un sin fin de correos, muchos revisados y otros por revisar. Varios que no quisiéramos leer, otros que esperamos y aún no llegan. Los típicos de siempre y de vez en cuando uno que nos sorprende.

Una serie de mensajes que borramos de inmediato, un gran número de no deseados, otros tantos que nos resistimos borrar y algunos que nos parecen interesantes y que respondemos de inmediato... Otros que contestamos tiempo después para ser esta vez nosotros los que sorprendemos. Dentro de este grupo se encuentran también los que jamás tienen respuesta de nuestra parte.

Podemos entrar rápidamente si el computador simpatiza con nosotros, o demorarnos una eternidad si es que lo abrimos desde un lugar muy concurrido. Ya concluida la primera visita diaria, optas por acercarte al extremo superior derecho de la pantalla y cerrar sesión, para volver a abrirla algunas horas después o al día siguiente.

Realmente no sé si la comparación es acertada o no... lo que sí sé, es que cuando quiero alejarme del mundo por un rato, mi mouse descansa del clásico “iniciar sesión”.