martes, 14 de octubre de 2008

De nuevo China

Según un estudio realizado por el director del Instituto de Investigación del Clima de Potsdam, Hans Joachim Schellnhuber, y el meteorólogo hamburgués Jochem Marotzke, el nivel del mar subirá un metro en este siglo.
Una de las causas de esto es el deshielo en los polos, principalmente de la placa helada de Groenlandia, situación que atribuyen a las emisiones de dióxido de carbono de las centrales térmicas chinas.
China, nuevamente China, realmente no comprendo cómo un país con una cultura tan rica, donde se privilegia a la naturaleza, pueda causar este tipo de desastres que día a día destruyen el planeta.
No soy una fanática ecologista, nunca pertenecí a green peace, ni siquiera fui scout, pero me preocupa, y no sólo por lo que puede pasar en nuestro medio natural, sino también por la contradicción en la filosofía del emblemático país oriental.
El taoísmo, religión china que plantea que se puede alcanzar la inmortalidad (enfocada en sentido espiritual) si vivimos en armonía con la naturaleza. ¿Será que el desajuste entre creencias y actos desencadena tragedias, como por ejemplo terremotos?
Siendo China un país tan completo, ancestral y avanzado ¿Por qué imita aspectos de una cultura completamente ajena, distante y diferente a la suya?
No quiero ver como cada día el planeta se destruye, no quiero que desaparezcan culturas y no quiero que China reniegue de lo que es, adquiriendo elementos negativos de occidente, como la influencia sobre el calentamiento global.
Sin embargo, un viejo proverbio taoísta me tranquiliza: “Al principio está la montaña; después ya no hay montaña; al final está otra vez la montaña”.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Y la primavera también me gusta, ese rayo de sol que choca con mi cara en la mañana, esa sensación de reestructuración, de renacer, de comenzar nuevamente.
Me gustan las flores y el canto de los pájaros; los días largos y el cielo azul, a veces acompañado de una pequeña nube blanca, no gris. Adoro ese ánimo de hacer cosas, los paseos con amigas, las tardes entretenidas y las noches fascinantes. Qué agradable sensación al pensar que ya vendrá el verano, un verano que superará al anterior: con lago, fogata y estrellas.
La primavera nos invita a iniciar el nuevo ciclo, así como “El Juicio”, levantándonos de nuestra tumba invernal, para seguir el sonido de la trompeta cubierta de cielo y sol, con flores y mariposas.
Después de todo, descubro que la primavera es una simple estación, que el cambio está realmente en mí, en las vivencias que –coincidentemente- han ocurrido en esta época del año, pero, por Dios que es agradable despertar y rogar seguir durmiendo con una lluvia que sólo nos invita al descanso absoluto, algo así como el permiso eterno para permanecer postrados en un blando colchón.
Me gusta la primavera porque es mi renacer, es mi nuevo ánimo. Como aquella rosa que creí se había secado pero después del lluvioso invierno vuelve a nacer.
Que agrado, porque realmente es un agrado, porque realmente es primavera.